Censos navideños de aves en Valledupar y el Perijá

Los conteos navideños de aves se llevan a cabo en el departamento del Cesar desde el año 2017, con su más reciente edición en diciembre de 2023, es una celebración muy sencilla, que busca poner en práctica los ideales ecologistas en la vida cotidiana, especialmente los propósitos de conservación de las aves y sus hábitats.

En el Cesar hay dos regiones en las que los voluntarios realizamos los conteos navideños, el territorio circundante a la ciudad de Valledupar, con el Ecoparque Los Besotes como su localidad principal y, la Serranía del Perijá, donde visitamos la Reserva Natural Los Tananeos y las veredas de Manaure.

Este diciembre, siete voluntarios de Valledupar y Manaure participamos en los conteos, destacándose de manera especial un grupo de estudiantes de biología de la Universidad Nacional sede La Paz, con el agradecimiento especial a los anfitriones de cada localidad, el profesor Tomás Darío Gutiérrez en Los Besotes y el guardabosques Yeiner Acosta en Los Tananeos.

Los censos navideños de aves iniciaron hace 124 años en los Estados Unidos, cuando un grupo de ecologistas, amantes de las aves, se les ocurrió la idea de salir a pajarear durante la temporada de caza y hacer públicas sus observaciones, esto como una estrategia para alertar sobre la rápida disminución de las poblaciones de aves; la celebración se continuó haciendo año tras año por la organización Audubon Society, logrando el propósito de establecer salvaguardas a la cacería de aves y vida silvestre en el territorio de los Estados Unidos; con el pasar de los años esta tradición se ha extendido a lo largo de todo el continente americano.

En la Reserva Natural Los Tananeos y vereda Casa Grande.

Los estudiantes de biología de la Universidad Nacional sede La Paz, Jimmy Hernández, Andrea Sena, Jaider Carrillo y Jesús Rambaut, junto a un servidor, censamos la reserva natural de la sociedad civil Los Tananeos; con un ecosistema de bosque seco premontano y un rango altitudinal entre 550 y 650 msnm, destaca por su riqueza hídrica, pues el territorio es surcado por el río Manaure, una quebrada y varios nacimientos de agua, que le otorgan una gran actividad de fauna silvestre y gran exhuberancia a su cobertura vegetal.

En este lugar estuvimos pajareando desde el amanecer hasta las 10:00 am, luego nos trasladamos a la vereda Casa Grande, siguiente localidad en el itinerario, distante 4 km, con hábitats muy difierentes por tratarse de una área de actividades humanas, que consta de pequeños predios dedicados a la producción agropecuaria, viviendas particulares, alojamientos rurales para el turismo, una carretera terciaria que conecta con las veredas de la alta montaña y algunos parches de bosque.

En la pajareada nos fue muy bien, 45 especies de aves identificadas en campo con una gran sorpresa para todos, como lo fue la aguililla cabecigris (Leptodon cayanensis), un tremendo lifer para todos, fotografiado por Jaider Carrillo.

En el Ecoparque Los Besotes.

Con Jesica Rambaut, licenciada en ciencias naturales, Jesús Rambaut, estudiante de biología de la Universidad Nacional sede La Paz y este servidor, llegamos a la trocha del Ecoparque Los Besotes hacia las 5:30 am.

Encontramos muy diversos grupos de aves según los distintos hábitats que fuimos atravesando, en las fincas cercanas a la carretera encontramos varios grupos de alcaraván o galán (Burhinus bistriatus) y tangas o ave fría (Vanellus chilensis); al adentrarnos en algunas parcelas que en los últimos años han sido objeto de conservación por parte de Corpocesar y la Fundación Ecológica Los Besotes, empezamos a avistar algunas aves endémicas del bosque seco del norte de colombia, como el carpinterito canelo (Picumnus cinamomeus) y el chamicero bigotudo (Synallaxis candei).

Tras caminar cerca de ocho kilómetros llegamos al campamento del Ecoparque Los Besotes, ahí el profesor Tomás Darío Gutiérrez había estado pajareando desde el amanecer, logrando fotografiar al endémico paujil de pico azul (Crax alberti) y la esquiva tórtola azul (Claravis pretiosa).

Fue una jornada de amistad pajarera muy agradable, continuamos pajareando y conversando en las cercanías del campamento hasta el final de la tarde, cuando tomaos el camino de regreso.

Mi esperanza personal es que en los próximos años los censos navideños de aves en el círculo del Ecoparque Los Besotes sea liderado por voluntarios del programa de biología de la Universidad Nacional sede La Paz, en esta oportunidad su participación permitió censar algunas localidades que no habían sido visitadas con regularidad en los últimos años.

Los censos navideños de aves en el departamento del Cesar están necesitados de academia, históricamente hemos participado muchos pajareros aficionados, con un buen conocimiento de las aves locales y un gran interés ecologista, pero necesitamos que los censos navideños se vean fortalecidos con esa visión y orientación que los profesionales de la biología en la región cesarense le pueden aportar.

Los censos navideños tienen una dirección nacional en Colombia, con la coordinación del profesor Pedro Arturo Camargo y el apoyo de grandes profesionales de las ciencias biológicas y de la ornitología, los voluntarios pudimos censar decenas de localidades en todo el país. El desarrollo de la actividad se hace de acuerdo a los lineamientos de la Sociedad Nacional de Audubon de los Estados Unidos y los datos obtenidos pueden ser consultados públicamente en la página web: https://netapp.audubon.org/CBCObservation/Historical/ResultsByCount

En mi blog personal puedes consultar los resultados históricos de los censos navideños de aves en el departamento del Cesar, tanto en el círculo del Perijá como en el Ecoparque Los Besotes.

Muchas gracias por participar en los censos, gracias por leer esta modesta nota, deja tu comentario y recuerda que estás invitado a pajarear con este amigo, tu servidor, en Valledupar y la Serranía del Perijá, puedes contactarme a través del siguiente enlace de Whatsapp: https://wa.me/message/HQQGVHFIGGSJC1

JOSE LUIS ROPERO.